Monday, January 30, 2006

LABORATORIO FRONTERIZO DE ESCRITORES/WRITING LAB ON THE BORDER

CONVOCATORIA
El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, a través del Centro Cultural Tijuana, la Fundación para las Letras Mexicanas, A. C., el Fondo de Cultura Económica, y el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey Campus Toluca, convocan al


LABORATORIO FRONTERIZO DE ESCRITORES/ WRITING LAB ON THE BORDER (LFE/WLB)

Que tiene como objetivo re-dimensionar la producción cultural mexicana hacia una de sus fronteras más dinámicas a través de la creación de un programa de talleres de escritura que permita una lectura crítica de los contextos así como de los productos que constituyen la contemporaneidad mexicana.

B A S E S
1. Podrán participar las escritoras y los escritores mexicanos que residan en el país o en los estados fronterizos de Estados Unidos (California, Texas, Arizona y Nuevo México), sean bilingües y tengan entre dieciocho y treinta y cinco años de edad al 28 de febrero de 2006.

2. Todo participante deberá comprobar que cuenta con publicaciones [libro(s) y/o artículo(s)] y con visa para cruce fronterizo o bien con los documentos de residencia o ciudadanía correspondientes que le permitan el continuo cruce fronterizo.

3. Cada participante deberá presentar, por triplicado, un curriculum vitae actualizado y con un máximo de dos páginas, y un proyecto cuya extensión no deberá exceder las tres páginas, escrito en inglés y en español, en computadora, en letra arial o times de 12 puntos, a doble espacio, justificado, en papel tamaño carta y por una sola cara.

4. El proyecto debe contener un plan de trabajo detallado pero conciso que especifique las maneras en que la estancia en la zona fronteriza y la asistencia al Laboratorio contribuirán al mismo. Se recomienda que el proyecto tenga los siguientes rasgos: factibilidad en el cumplimiento de su cronograma, búsqueda formal y exploración temática.

5. Adjunto al proyecto deberá incluir sobre cerrado con nombre, domicilio, número telefónico y, de contar con ellos, número de fax y dirección de correo electrónico, así como copia fotostática del acta de nacimiento, copia de la credencial para votar con fotografía (México), copia de la tarjeta de residente (Estados Unidos).

6. La documentación deberá ser enviada a: Gerencia de Investigación de las Artes, Centro Cultural Tijuana Laboratorio Fronterizo de Escritores/Writing Lab on the Border Paseo de los Héroes y Mina, Zona Río C. P. 22320, Tijuana, B. C., México.Fondo de Cultura Económica USA, Inc.2293 Verus StreetSan Diego, CA 92154

7. La presente convocatoria estará vigente desde el momento de su publicación. La fecha límite de recepción de documentos es el miércoles 22 de marzo de 2006.

8. Se aceptarán aquellos documentos remitidos por correo cuya fecha del matasellos de la oficina postal de origen de envío no exceda la del límite de la convocatoria.

9. El LFE/WLB será impartido por reconocidos representantes de las tradiciones escriturales de relevancia en el México contemporáneo. Se llevará a cabo en la ciudad de San Diego, California y tendrá una duración de seis semanas. Las sesiones serán indistintamente en español y en inglés, de lunes a viernes, de 17:00 a 20:00 horas, excepto el día jueves, en que el experto impartirá una conferencia magistral en las instalaciones del Centro Cultural Tijuana.

10. Impartirán los talleres los siguientes escritores:

19-23 junio: Cristina Rivera Garza, narradora (México), introducción al programa.
26-30 junio: REYNALDO JIMÉNEZ, poeta y editor (Lima/Buenos Aires).
3-7 Julio: JEN HOFER, poeta y traductora (Los Angeles).
10-14 julio: RUTH BEHAR, antropóloga y cineasta (Cuba-Estados Unidos).
17-21 julio: DOROTHY PORTER, poeta, (Australia).
24-28 julio: Cristina Rivera Garza, narradora (México), conclusiones y revisión.

11. La cuota por participación en el Laboratorio es de $500.00 dólares americanos e incluye inscripción, uso de la infraestructura informática y de las instalaciones del FCE en San Diego, California, papelería y servicio de café.

12. Los seleccionados deberán estar dispuestos a vivir en la ciudad de Tijuana por un periodo de seis semanas, a partir del 19 de junio de 2006, y se comprometerán a entregar un producto terminado al finalizar el Laboratorio.

13. Los textos que resulten de la experiencia del Laboratorio Fronterizo conformarán un manuscrito que será sometido a dictamen en el Fondo de Cultura Económica. Cada una de las sesiones así como las conferencias serán videograbadas con el fin de conformar una colección de DVD’s didácticos.

14. El Comité Dictaminador, integrado por tres de los cinco talleristas del Laboratorio, podrá seleccionar hasta treinta participantes y asignar hasta seis becas.

15. El fallo del comité dictaminador será inapelable. Los resultados serán dados a conocer el 15 de abril de 2006 a través de periódicos de circulación nacional y local.

16. La participación en el Laboratorio implica la aceptación de las condiciones de estas bases.

17. La comisión organizadora resolverá los casos no previstos.

Mayores informes: Laboratorio Literario Fronterizo Fondo de Cultura Económica USA, Inc.Centro Cultural Tijuana Phone: (619) 429-0455tel. 01 (664) 687 9613, 687 9614 Fax: (619) 429-0827gida@cecut.org.mx

www.laboratoriofronterizo.blogspot.com

--crg

Monday, January 09, 2006

EL CIGARRI-YO
[publicado originalmente en Armas y Letras, revista de la Universidad Autónoma de Nuevo León, enero 2006].

Dejé de fumar el 28 de julio del 2003, a eso de las 2:35 de la tarde. Lo recuerdo perfectamente porque uno no termina una relación de 20 años por casualidad o sin consecuencias. Pero sobre todo lo recuerdo porque ése fue el último día completo que pasé en los Estados Unidos de América antes de emprender un regreso que terminó convirtiéndose, a pesar de mí o a sabiendas de mí, en El Regreso Mismo.

Fumar, ese gusto o esa adicción, es un verbo que encarna de maneras por demás físicas mi relación cambiante, paradójica, encontrada, con el vecino del norte. Fumar--la actividad biológica que consiste en colocarse un pitillo de tabaco entre los labios con el único fin de aspirar el humo para después expulsarlo--es, en realidad, una actividad social. Fumar, quiero decir, es política.

Fumaba antes de llegar y fumé todo el tiempo que estuve ahí. A pesar de y/o debido a que la actitud pública ante el cigarrillo se volvió más rígida y más policíaca con el paso del tiempo, nunca lo dudé. Yo era una fumadora y fumaría. Aún más: Yo era una fumadora Mexicana y, por lo tanto, fumaría. Categóricamente. La identificación nacional quedó así íntimamente ligada a mi cigarro. Yo sentía que los consumía a los dos, a la identificación y a la nacionalidad, incorporándolos a mi cuerpo, cuando el humo raspaba mi garganta, y que los dos se quedaban junto a mí, protegiéndome del exterior, cuando las madejas grises, elípticas, delgadas, danzaban alrededor de mi cabeza. Como bien lo dice Cristina Peri Rossi en ese largo obituario a su relación con el cigarro que es su libro Cuando fumar era un placer, el cigarrillo se convirtió en mi confidente, mi hermano gemelo, mi interlocutor, mi mano derecha, mi resistencia, mi manifiesto público, mi manera de estar afuera. El cigarrillo fue, ante todo, mi manera de enunciar, con cada una de sus letras, esa palabra que Emily Dickinson calificaba de salvaje: No.

No al cuerpo-máquina que promovían sus gimnasios.
No a la salud ficticia que defendían sus filosofías y sus clínicas.
No a las alarmantes fotos de pulmones ennegrecidos.
No a las pieles lozanas y los dientes blancos de los renuentes.
No a sus zonas prohibidas.
No al cuerpo intacto.
No.

No se me antojaba darles mi Sí.

Breve Cronología de un Amor Verídico:
1) Al inicio estuvo ese ligerísimo mareo que ocasionó la primera bocanada. Una especie de levitación. Esa manera casi imperceptible de perder el control.
2) Los amigos. Los otros. Los rebeldes. Los creadores. Todos ellos fueron llegando poco a poco, cigarrillo entre labio y labio, pidiendo fuego. Dándomelo.
3) Y el humo se elevaba en cuerpo y el cuerpo se volvía sólo humo. Así nacieron las letras. Abajo: una máquina de escribir. Arriba: la humareda.
4) Una larga historia dentro de una voluntariosa (y brevísima) falta de ortografía: cigarriyo.
5) I rest my case.


Cuando dejé de fumar, cuando el cigarriyo se transformó en un cigarrillo, incluso en un simple cigarro, estaba enferma. Padecía de todo: me dolían las nubes y las vocales y los bosques y las rodillas y los anteojos y el sereno y los horarios y los murmullos y la falta de voz. Me dolía el esqueleto. Me dolían las uñas y el cabello y el océano. Me dolía todo lo que no tocaba México. Sabía ya que regresaba: un año sabático interrumpía, de manera por demás azarosa, un viaje de demasiados años. Y fue en ese momento, cuando decidí cruzar justo por el centro del gran aro de la palabra No, retándola de hecho, que dejé de fumar. Abandonaba así una larga historia de amor verídico e iniciaba una inverosímil historia de amor con el Sí. El mío.

El regreso.

De eso hace aproximadamente un año y seis meses. Todavía lo sostengo con cierta frecuencia entre los dedos. Nunca dejo de aspirar su aroma cuando alguien lo consume cerca. Me continua subyugando la atmósfera enrarecida que produce a su alrededor. Aún lo describo como elegante, alegre, balsámico. Lo sigo queriendo mucho, mucho, mucho, quiero decir. Lo querré hasta el último de los últimos de mis días. Lo sé bien. Pero cada que estoy a punto de ceder, cada que casi estoy a punto de encenderlo, cuando ya toca mis labios con su misma escandalosa caricia, recuerdo lo muchos años lejos y, de la manera más callada, de la más firme también, desisto de mi locura o de mi esfuerzo.

En un país donde todo mundo fuma, dejar de fumar, por cierto, me ha ayudado a seguir diciendo, enfáticamente, No.

--crg

Monday, January 02, 2006

THE BOOK OF SALT by Monique Truong

Algo extraño sucede cuando leo un libro meses o años después de haberlo comprado. Usualmente ese tipo de compras se deben a recomendaciones de lectores en los que no confío demasiado, a reseñas de periódicos o suplementos que no respeto del todo, o a súbitas curiosidades que sé o malsanas o efímeras. Cualesquiera que sea la razón, el libro comprado de esa manera se queda, con aterradora frecuencia, en el nochero, bajo la pila de libros que sí estoy leyendo, u ocupa un lugar más bien discreto en el Alfábetico que sigue desordenándose. A veces, incluso, ocurre lo peor: el libro se va a la oficina, lugar sin ventanas a dónde sólo van a parar los Libros De Trabajo--un rango definitvamente menor, muy menor, en mi jerarquía personal de lecturas. Luego sólo pasa lo que tiene que pasar: el tiempo. Y se acumula el polvo, las distracciones, los encuentros, los otros libros. Cuando el azar o el aburrimiento me lanzan una vez más contra la presencia de esos libros adquiridos y luego olvidados de manera tan ligera, una cierta católica culpa me obliga a abrirlos. La mayoría del tiempo compruebo, con alivio, que mi indiferencia tenía razón, y coloco el libro de regreso en su discreto lugar. Pensé que algo así pasaría con The Book of Salt, la novela que Monique Truong publicó (y yo compré) en 2003. Me bastó leer en la portada, en bellísima inscripción en itálicas y con las mayúsculas del caso, que esta primera novela había sido a New York Times Notable Book para saber por qué lo había comprado y, sobre todo, por qué no lo había leído. Luego me bastó leer la primera página para convertirla en mi lectura de cabecera de los dos días finales del 2005. Luego me bastó despertarme a las cuatro de la mañana del 31 de diciembre pronunciando, incorrectamente por supuesto, el nombre de Bính--el cocinero vietnamita que, según este maravilloso libro, trabajó durante 5 años para Gertrude Stein y Alice B. Toklas en Paris--para saber que la novela, en efecto, me había afectado.

Entre los muchos atributos de esta novela, el menor no es que, siendo como es un libro que toca la vida de, como diría Binh, my mesdames, el libro no termine siendo acerca de my mesdames. Y conseguir que GertrudeStein (todo junto, al decir de Binh) no se convierta en el centro de todo lo que la rodea, en el centro de todo lo que no es GertrudeStein, constituye, en sí mismo, un logro textual y un logro emocional que no hay que minimizar. El segundo atributo, tampoco deleznable, es que siendo como es un libro que toca la vida de un cocinero, el libro logre eludir del todo, y de hecho triunfar sobre, el cliché narrativo y sentimental, tan popular en nuestros días, de la novela que presenta receta-seguida-de-sensual-descripción-de-íntima-escena-doméstica. Un atributo añadido es que siendo como es un libro que toca la vida de un cocinero, no termine siendo un libro sobre los patrones y sus gustos, usualmente burgueses y occidentales y por demás sabidos, sino sobre--sería mejor decir: desde--el cocinero mismo--migrante, exiliado, homosexual, cacofónico, traducido, caminante urbano. Y el tercer atributo, que personalmente le agradezco a Ms. Truong, es que siendo como es un libro que toca los elementos caros a la tradición migratoria este-oeste (que podrían ser, aunque no son, los elementos caros a la tradición migratoria sur-norte), este libro de sal evada la exoticización estereotípica, la alteridad ramplona, el sentimentalismo con que se lavan las manos aquellos que, aun viajando, nunca salen verdaderamente de sus casas.

Monique Truong nació en Saigon, en 1968, y le dedica este libro a su padre, "a traveler who has finally come home". Monique Truong llegó a los Estados Unidos a la edad de seis años, estudió en Yale, y empieza esta novela con un epígrafe de Alice B. Toklas: "We had certainly luck in finding good cooks, though they had their weaknesses in other ways. Gertrude Stein liked to remind me that if they did not have such faults, they would not be working for us."

Hay que decir, antes que cualquier otra cosa, que este es un libro-en-traducción. Se trata de un libro escrito en inglés que enuncia un yo (y se sabe que todo yo es un yo ficiticio) vietnamita que se expresa con turbada fascinación en un francés acentuado e incorrecto. Creo no exagerar si digo que al menos una de las my mesdames de Binh habría sonreído con satisfacción ante tan precario ejercicio en la precareidad de la voz. La convención de la voz original. Así, en-traducción, habrá que seguir a Binh--de hijo repudiado por un padre en papel de falso y cruel profeta de la fe imperial a ayudante, y amante, del Chef colonial en la casa del gobernador; de impromptu tripulante de navío especular a lector casi apto de anuncios de trabajo: Live-in Cook: Two American Ladies wish to retain a cook--27 rue de Fleurus. See the concierge; de hombre enamorado de un tal Sweet Sunday Man que merodea los territorios de GertrudeStein, y no por razones estrictamente textuales, a discreto conversador con ese Hombre del Puente que puede ser o no ser Ho Chi Minh. Binh, en todo caso, siempre pierde. Y seguirlo de un estado a otro, de un territorio a otro, de un encuentro a otro, es seguir el rastro de su pérdida. El rastro de su pérdida está hecho de las palabras dentro de este libro de sal que, ya dentro de la boca, se disuelven junto con la saliva.

Pero no todo en Binh es fatalidad. Justo como Grace, aquella otra memorable integrante del serivicio doméstico de casa burguesa en Alias Grace, la novela de la canadiense Margaret Atwood, Binh sabe, y ejercita, la mirada crítica, puntillosa, socarrona, del que conoce no sólo la necesidad el amo sino también la manera de satisfacerla o coartarla o sustraerla. La mirada desde Binh explora así con ironía, pero sin estorbosos estigmas principistas, las negociaciones dinámicas, relacionales, desequilibradas que se suscitan en el íntimo foro de la cocina--ese corazón del universo doméstico de la modernidad--sea ésta la de la casa del poder colonial o la de la casa de esa madame-et-madame cuyo secreto de estabilidad es que ambas aman con igual devoción y admiran con la misma intensidad a GertrudeStein.

"What keeps you here?" I hear a voice asking. Esto lo escucha Binh, después. Esto me pregunto yo, después. Your question, just your desire to know my answer, keeps me, is my response. Es tu respuesta, Binh. Migrante. Exiliado. Traducido. Mi respuesta. In the dark, I see you smile. Una sonrisa de sal. La sonrisa del otro. La sonrisa que invita. I look up instinctually, as if someone has called out my name. Siempre pronunciado de otra manera. Siempre, acaso por lo mismo, incitante. Binh va.

Encontrado tiempo después, justo en el momento en el que el tiempo dobla la página que dice "año", me pregunto si será de verdad posible que lo que me mantiene aquí, hablando de este libro de sal, escribiendo sobre él, alrededor de él, sea eso: your desire to know my answer. Is that your response, Binh? Is that my response yet?

And so this is reading. And this is not. As if.

--crg