Thursday, May 31, 2012

HOY

DOLERSE. TEXTOS DESDE UN PAÍS HERIDO
FeriaLibroTijuana2012
Sala Daniel Sada, 7:45 pm
¡Nos vemos por ahí, cómo no!

Programación completa aquí.

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EL MONSTRUILLO DE LOS POSOS




"Recuerdo que quería decirle que, al final, siempre se devela que nadie sabe a ciencia cierta por qué se va", escribe algo o alguien en El mal de la taiga. El aire a través de una ventana que da a una mano. Las altas coníferas alrededor.

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Wednesday, May 30, 2012


LA HABITACIÓN PROPIA DE MAJO RAMÍREZ


Nellie Campobello escribió un par de libros rarísimos a inicios del siglo XX. Eran libros cortos, fragmentarios, alejados de nociones estrictas de trama o anécdota. En Cartucho, al que algunos críticos cuentan como precedente directo de Pedro Páramo, la gran novela de Juan Rulfo, Campobello ve los estragos de la revolución mexicana en el norte del país a través de los ojos voraces, directos, crueles, de una niña. Ahí hay frases como ésta: “Mis fusilados, dormidos en la libreta verde. Mis hombres muertos. Mis juguetes de la infancia”.

Nellie Campobello, de alguna manera, me presentó a Majo Ramírez Herrera. Leía por entonces las solicitudes para la beca/premio Aura Estrada, uno de esos premios entrañables tanto por la causa que lo anima como por el tiempo y espacio que provee a una joven escritora para dedicarse de tiempo completo a su trabajo. Repito: leía por entonces muchas de estas solicitudes. No es extraño que, de entre todas, una que mencionaba a una narradora buenísima pero poco conocida en la historia literaria de México que, además, murió en circunstancias extrañas no hace mucho en la Ciudad de México, llamara mi atención. “El último semestre de la carrera conocí Cartucho”, decía Majo, “y me enamoré perdidamente de sus hombres muertos”.  ¿Y qué puede haber de más literario que enamorarse de los hombres muertos de una mujer que ya no vive?

Lo que siguió fue entrarle a una prosa de apariencia frágil pero a fin de cuentas contundente, y a un proyecto (un libro de cuentos) que incorporaba oblicua pero con gusto la austeridad lírica de su predecesora, la inclinación por el fragmento y la yuxtaposición, así como esa manía de fluir por varios derroteros a la vez. Como toda escritora en ciernes, a Majo le interesan muchísimas cosas. Desde la formación académica, en la que se le han concedido honores, hasta la ilustración, que practica como se practica el inhalar y el exhalar del aire. ¿En qué momento tomó esta chica los lápices de colores que nunca jamás la habrían de soltar? Me la puedo imaginar de niña, tomando las clases de ballet, imaginando a su vez la perversidad de su profesora o ese otro país al que la transportaban las hojas bicolores del árbol que es común denominar como dólar. Hay algo, incluso ahora, de soñador en su manera de ver las cosas, en efecto. Pero de la misma manera, me la puedo imaginar haciendo sus primeros negocios, vendiendo sus ilustraciones a las mamás de sus amigas. Y me la puedo imaginar como la vi: solicitando una beca; diciendo, convencida, soy una escritora.

Aunque las cosas han cambiado poco a poco para las mujeres escritoras de este país en lo que va del siglo XXI, muchas llevan todavía el mismo peso que cayó sobre las carreras y los talentos innegables de creadoras como Campobello o de Dueñas o de Vicens. Es difícil, como lo demuestra el mismo caso de Majo, creer en una misma desde el inicio. ¡La cantidad de páginas arrugadas que van a parar a la basura cuando atenaza la duda! Cuesta convencerse de que se será, eventualmente, lo que ya se es. Vivimos en un país, después de todo, donde se matan mujeres todos los días sin apuro alguno de la justicia. De ahí la importancia de un premio que, al decir de Majo y de Susana Iglesias, su anterior ganadora, puede cambiar, y cambia, radicalmente la vida. Y cómo no con tres residencias artísticas en lugares tanto dentro como fuera del país, al menos una publicación asegurada al término de la misma, y una suma no despreciable de dinero. La famosa habitación propia de raigambre woolfiano sigue siendo tan indispensable hoy como lo fue entonces para que una joven escritora pronuncie esa diminuta, sagrada, salvaje palabra: sí. Nunca fue más verdadera aquella frase trillada: el tiempo es oro. Y, tal como lo descubrió Majo luego de navegar sin mucho entusiasmo en un mundo laboral donde las horas son largas y el proceso de aprendizaje no siempre está presente, que lo suyo, lo verdaderamente suyo, era y es la creación. No importa si viene en forma de palabras, y si estas palabras toman la forma de lo que algunos denominan como poesía o como cuentos, o en forma de dibujos (y para muestra bastan los que incluye de cuando en cuando en su blog: http://www.machequina.blogspot.mx). Interdisciplinaria desde sus orígenes, ávida de conocimiento, trabajadora y entusiasta como pocas, Majo tiene en sus manos un tesoro, en efecto, y la oportunidad de preservar ese tesoro. Y es ella, no yo, quien afirma eso. Ahora, con sus estupendos 29 años, entra con paso firme en esa habitación propia que, con su presencia, se ha vuelto sin duda más grande y más luminosa.

Yo espero, como desde que leí esa solicitud, el primer libro de Majo. No sé por qué pero juraría que por ahí andarán también los hombres muertos de Campobello. Los juguetes de la infancia. El afuera de un país, y de un mundo, que sigue siendo nuestro.

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EL MONSTRUILLO DE LOS POSOS




¿Piensan, en verdad, todas las madres y madrastras y brujas y niñas perdidas en el sexo?, alguien o algo pregunta eso en El mal de la taiga mientras camina por un bosque.

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¡ENTÁIGUESEME AHÍ!

Que El mal de la taiga ya está disponible aquí.

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Tuesday, May 29, 2012

LA PRIMAVERA MEXICANA

[en La Mano Oblicua, columna de los martes del periódico mexicano Milenio, sección de cultura]


Tal vez los chicos que ahora organizan movilizaciones multitudinarias en las calles de varias ciudades de México ni siquiera recuerden el temor de sus mayores cuando se empezaba a popularizar el uso de internet. Estar conectado, se decía entonces, era algo así como el principio del mal —desbancando claramente al ocio de su puesto estelar. El uso de internet, especialmente el de las redes sociales, iba a destruir las relaciones personales, a convertirnos en autómatas inexpresivos e incapaces de relacionarnos con nuestro entorno, mucho menos con las personas de ese entorno, y a transformarnos, gracias a la posibilidad de crear varias identidades en la red, en una bola de mentirosos. Algunos más, bastantes escritores de varias edades entre ellos, nos advirtieron con toda prontitud y con el conservadurismo del caso sobre los peligros más evidentes de la red: la banalización de las altas artes y la filosofía profunda, así como la potencial uniformidad de los productos escriturales. Menciono y exagero las cosas que se han dicho y se dicen alrededor de las ansiedades que produjo la irrupción de las tecnologías digitales en las vidas cotidianas de la ciudadanía no sólo porque, como ya había quedado claro en la primavera árabe y, luego, en el movmiento Occupy, las redes sociales también han jugado un papel fundamental en el surgimiento, y el registro del surgimiento, del movimiento La @MarchaYoSoy132 en México.
Es de llamar la atención que una tecnología que se alimentó, y a la vez nutrió, una idea fluida y mutante de la identidad, es decir, una idea relacional y contextual del fenómeno posidentatario, sea el encargado de reclamar transparencia y verdad. Cuando a la vieja usanza, el PRI se aprestaba para dar su golpe maestro, estigmatizando la identidad de los estudiantes de la Iberocomo “acarreados” o “manipulados”, los estudiantes contestaron con algo más bien simple. Los estudiantes contestaron con la verdad. En lugar de poner a circular nociones de identidad flexible o en fuga, recurrieron a uno de los elementos básicos que suspenden y fijan tal identidad: la credencial escolar. Los documentos de identificación. Recuérdese que muchos trabajadores y otros marginales de fines del XIX e inicios del XX resistieron muchas veces los avances del Estado que, gracias al ejercicio de la fotografía, intentaba, eventualmente con éxito, fijar identidades sociales que permitieran una lectura vertical y una manipulación efectiva del todo social. Es de suyo interesante, pues, que dentro del contexto de las plataformas 2.0, ese mismo ejercicio haya sustentado un reclamo de verdad.
Aunque gran parte de la inconformidad estudiantil se presente en ciertos medios informativos como un movimiento por acceso a la información, la forma y los modos de la protesta apuntan a una realidad más compleja. Por principio de cuentas, cuando los estudiantes empezaron a grabar y, casi inmediatamente, a producir videos y otras formas de comunicación capaces de expresar su propia versión de las cosas, estaban reclamando más bien su acceso a los medios de producción de información. La crítica iba dirigida, pues, no sólo a la información producida por otros, sino a la apropiación y diseminación de los medios que hacen posible su producción en primera instancia. Ya sea enunciada abiertamente o no, la protesta juvenil no sólo critica a la información sino a una cierta forma de poder que, atañendo a la producción de la información, también se refiere, acaso sobre todo, a una cierta forma del poder en el todo social. Después de todo, desde la horizontalidad de redes sociales como Twitter, resulta particularmente evidente la verticalidad de la televisión y la verticalidad, también, del Estado mexicano y su manera de desplegarse en el espacio urbano.
La obsesión de las narrativas épicas por las hazañas del héroe y los medios tecnológicos que con frecuencia permitieron subsumir movilizaciones enteras a la cara o máscara de unos cuantos individuos, pocas veces nos dejaron ver la participación masiva de mujeres en una gran diversidad de movimientos revolucionarios o de protesta. Las tecnologías digitales y su impulso horizontal han dejado en claro lo que tantos historiadores sociales saben demasiado bien: que las mujeres, aún cuando se les omita en los recuentos oficiales, han sido participantes activas y dinámicas en la historia de México. Tanto en el video que los estudiantes de la Ibero utilizaron para acabar de tajo cualquier sospechosismo priísta como en las imágenes de las distintas movilizaciones urbanas que se han registrado después, resulta evidente la participación mayoritaria de jóvenes mujeres en el YoSoy132.
Mientras cundía en el mundo la protesta juvenil, no fueron pocos los que se preguntaron por qué en México no pasaba lo mismo. Naturalmente, lo que pasaba y pasa en México es el horrorismo de una guerra espuria que continúa amedrentando nuestras ciudades y carreteras y poblados con algo así como 60 mil muertos. No sé qué vaya a pasar con el movimiento Yosoy132, pero sí confío en que sólo una sociedad civil activa podrá exigir un alto a esa política criminal que ha asolado a la ciudadanía durante el más reciente sexenio panista.

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Monday, May 28, 2012

MAYO ES AHORA



El mal de la taiga.
Con ilustraciones de Carlos Maiques.


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Sunday, May 27, 2012

FERIA DEL LIBRO TIJUANA 2012

Actividades del domingo 27/5 

11:00: Actos de traducción/Translative Acts con MFA/UCSD

Traducciones creativas de Hugo García Manríquez/Frankie Voeltz, Javier Raya/Elizabeth Chaney, Maricela Guerrero/Allie Moreno, Oscar de Pablo/Ben Segal, Aurelio Meza/Ben Doller.
¡Y habrá poemas para llevar!

1:00: Verónica Gerber, Mudanza. 
2:30 Guillermo Espinosa, La sonrisa de la desilusión. 
4:00 Benjamin Moreno, Conretoons.

5:30 Alejandro Páez, El reino de las moscas (con presentación/charla de esta autora).

7:30 Rae Armantrout, Premio Pulitzer 2010.

¡Por ahí nos vemos en todas ellas, faltaba más!





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Friday, May 25, 2012

TRADUCCIÓN X 2

Dos revistas de California están solicitando traducciones y/o textos bilingües español-inglés. Échenle un vistazo a: Alchemy. Journal of Translation y a Badlands Bilingual Literary Journal

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Thursday, May 24, 2012

POR LA SANTA MARÍA LA RIBERA CON MODESTA BURGOS

El INBA ha organizado un paseo literario con base en Nadie me verá llorar para el domingo 27 de mayo. La información completa aquí. 

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Wednesday, May 23, 2012

HOY


Jorge Carrion en UCSD
Wednesday, May 23, 2012 
4:30-6:00 p.m. at the Visual Arts Facility: Performance Space
Con presentación de Dr. Alex Saum

Información completa aquí: New Writing Series 2012

¡Los esperamos!

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Tuesday, May 22, 2012


CONTRA LA SIMULACIÓN
[en La Mano Oblicua, columna de los martes del periódico mexicano Milenio. sección de cultura]


Resulta sintomático que el terreno de la discusión de la primera gesta electoral de la era digital en México se haya dividido tan drásticamente entre el poder de la televisión y el poder de las redes sociales, especialmente Twitter. Vivimos, después de todo, a decir del teórico y activista italiano Berardi Bifo, en tiempos del semiocapitalismo posindustrial, un periodo en el que el valor de las mercancías no depende ya más del trabajo real invertido en su manufacturación, sino más bien del intercambio lingüístico dentro del cual esta producción se lleva a cabo. Argumenta Bifo, el legendario gestor del anarco-obrerismo y autor deDespués del futuro, que atrás quedó ya el modelo burgués cuyo proceso de acumulación capitalista involucraba una relación física y territorial entre el trabajo y el valor. Atrás ese mundo que se dividía entre el proletariado y los capitalistas. Ahora, en un momento en que el capital financiero y a producción económica funcionan en esferas separadas, el conflicto mayor se establece entre el congnateriado —trabajadores intelectuales que producen mercancías semióticas de acuerdo a un sistema de disponibilidad permanente— y la clase administradora, cuya única habilidad es la competencia, de preferencia letal. Es en ese contexto que el lenguaje, “gracias al cual creamos mundos compartidos, formulamos declaraciones ambiguas, elaboramos metáforas, simulamos eventos, o simplemente mentimos”, ha tomado precedencia sobre cualquier otra forma de producción de valor. Y Twitter es, eso ya lo había argumentado hace bastante tiempo, un laboratorio contemporáneo de nuestro lenguaje.
Pero el lenguaje no es una calle de un solo sentido. Lejos de ser una mera herramienta de representación, el lenguaje se ha convertido en la mayor fuente de acumulación capitalista: “espectáculo y especulación se confunden debido a la naturaleza intrínsecamente inflacionaria (metafórica) del lenguaje. La red de producción semiótica es un juego de espejos que inevitablemente lleva a una crisis de sobreproducción”. De acuerdo con Bifo, pues, cuando la relación entre el trabajo y el valor se rompe, cuando el capital financiero poco tiene que ver con la economía real, se crea un vacío que llena la más pura violencia o, de plano, la simulación. México tiene una relación espectacular con esa violencia, pero ahora, a la luz de las marchas que atravesaron el país contra la mentira, el engaño y el fraude, lo que nos toca discutir es su relación con la simulación.
Seguramente los miles y miles que el pasado 19 de mayo participaron en las distintas marchas contra Enrique Peña Nieto, el candidato no sólo de un partido político sino de un conglomerado televisivo, no tuvieron que leer a Bifo para saber que, en los tiempos que corren, manifestarse contra la mentira y el engaño y el fraude es mucho más que una posición moralista o secundaria o ingenua. Los miles y miles de jóvenes que dejaron las pantallas para retomar el espacio público de sus ciudades saben bien que cuando el valor de las mercancías depende de la simulación se ha roto ya una relación básica entre el valor y el trabajo que invita a la desregularización neoliberal que, entre otras cosas, le ha abierto las puertas a la violencia catastrófica que lleva, al menos en México, poco más de 50 mil víctimas.
Cada forma de dominio produce, sin duda, sus formas de contradominio —no necesariamente caracterizadas por la oposición rígida tanto como por el flujo posidentatario, horizontal y relacional, en constante circulación. Resulta de suyo interesante que, en plena era posindustrial, el poder alguna vez indiscutible de la televisión no sea contestado por neoluditas nostálgicos, sino por los activos usuarios de redes sociales, aquellos que han abrazado las nuevas tecnologías digitales con entusiasmo. El uso horizontal de las redes sociales ha permitido, después de todo, que un sinnúmero de ciudadanos tengan acceso a la producción y diseminación de información. Lejos de ser los pasivos participantes de una fragmentaria red celular que invita a la reproducción acrítica del sistema, los usuarios de estas redes, especialmente los más jóvenes, han entendido que el lenguaje, ciertamente, puede contribuir a fenómenos de simulación que terminan incrementando el papel de la mentira y el engaño y el fraude en nuestra vida social, pero también, por esos mismos medios, puede circular exponencialmente para contribuir a la formación de prácticas críticas que van de la pantalla a la calle sin contradicción alguna de por medio.
Berardi Bifo termina su Después del futuro con una nota más bien desanimada: el agotamiento y la pasividad como formas de subjetividad en la era digital. Pero eso era a fines del XX. Los jóvenes de México van demostrando a inicios del XXI que entre la pantalla y la calle hay tantas conexiones como las que seamos capaces de crear, especialmente en y a través de ese laboratorio contemporáneo del lenguaje que es Twitter.

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Monday, May 21, 2012

COME THE ARCHERS, COME THE INFANTRY

This is why we fight

May 19th, arms unbound
yes

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Tuesday, May 15, 2012

CARLOS FUENTES (1928-2012)


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DISENTIR ES UN VERBO

[en La Mano Oblicua, columna de los martes del periódico mexicano Milenio, sección de cultura]


La semana pasada, uno de los candidatos a la Presidencia de la República, Enrique Peña Nieto, visitó el campus de una prestigiosa universidad privada y jesuita en México: la Universidad Iberoamericana. Como lo atestiguan numerosas grabaciones en YouTube, y como lo han enfatizado tanto los que aplauden como los que condenan la acción, el encuentro entre estudiantes y candidato fue ríspido y dramático. Tanto la bienvenida como la despedida estuvieron signadas por las consignas enunciadas a coro, el abucheo espontáneo, los brazos alzados. Nada menos, pero tampoco nada más. En un país en que una guerra absurda e ilegítima ha desatado una violencia atroz que, según comentan analistas internacionales, ha alcanzado ya los niveles catastróficos, esta expresión de disenso solo puede ser calificada como civil. Vivimos, después de todo, en un país que nos ha acostumbrado a despertar con noticias atroces —49 cadáveres sin cabezas ni manos aparecieron ayer mismo en Cadereyta, para mencionar solo el hecho más reciente.
Para los que estamos acostumbrados al cariz crítico de los ámbitos universitarios, especialmente aquellos que pretendemos contribuir a la formación de un pensamiento y una acción críticas tanto dentro de nuestros salones de clase como en las relaciones que se establecen entre la universidad y la comunidad que le da sentido, las expresiones de desacuerdo acontecidas en el campus Santa Fe de la Universidad Iberoamericana son poco más que parte consuetudinaria de la energía estudiantil. Solo aquellos acostumbrados a jerarquías inamovibles y a estructuras rígidas de poder, o a los que viven en una torre de marfil, pueden en verdad sorprenderse ante la existencia de este tipo de manifestaciones. En las condiciones extremas en que se desarrolla la vida social del país, lo extraño no es que ocurran, sino que no ocurran más seguido.
Más importante que los gritos y las consignas que se corearon en los espacios públicos del campus universitario fueron, sin duda, el silencio y el respeto que campearon durante el desarrollo del evento dentro del auditorio de la institución de educación superior. El candidato del partido que gobernó a México durante aproximadamente 70 años del siglo XX tuvo la oportunidad de exponer sus puntos en un discurso solo de vez en cuando interrumpido, y eso más por aquéllos que gritaban en su apoyo que en su contra. Es de llamar la atención que, como puede comprobarse en la grabación que la universidad misma puso a disposición del público a través de su cuenta en Twitter, la sesión de preguntas y respuestas transcurrió de una manera organizada y dinámica, en un ambiente donde prevaleció el silencio sobre el grito.
Tanto los alumnos que pasaban al frente del auditorio para plantear preguntas como aquéllos que las hacían por teléfono desde filiales en Guadalajara y en Coahuila, se identificaban con sus nombres completos, brindando también información sobre su carrera y el semestre que cursaban. Todos saludaron al candidato, algunos usando el respetuoso usted e, incluso, el muy respetuoso “don”. Cualquier persona que haya sido profesor debió haber notado que no pocos de los estudiantes que se dirigieron al micrófono para plantear sus preguntas hicieron referencia directa a información obtenida o discutida en sus clases en el momento de contextualizar o, en su caso, explicar detalladamente, el contenido de sus preguntas (por ejemplo, cuando uno de ellos tuvo que regresar al micrófono para dar una definición de la palabra anomia, que el candidato no entendió).
Contra estereotipos que presentan a los estudiantes, y a los jóvenes en general, como criaturas sin memoria, o sin preocupación alguna por la memoria ya sea individual o social, los estudiantes de la Ibero plantearon preguntas surgidas desde el territorio tenso y crítico de una memoria colectiva y reciente. Se acordaron, por ejemplo, de la intervención del candidato en la Feria del Libro de Guadalajara, y citaron su elección de la Biblia como uno de sus libros de cabecera. Se acordaron, y citaron, las cifras de los femenicidios en el Estado de México. Se acordaron, y por eso pidieron una explicación, de las violaciones a los derechos humanos que acompañaron a la represión ocurrida en San Salvador Atenco en el 2006, cuando Peña Nieto era gobernador del Estado de México.
Pero a los alumnos de la Ibero no solo les importaba la memoria reciente, sino también, acaso sobre todo, la memoria futura. Armados de artefactos tecnológicos propios de su condición privilegiada, los estudiantes no dejaron de grabar el evento de principio a fin y desde tantos puntos de vista como fueron posibles. Tal vez ellos no vivieron en carne propia las manipulaciones mediáticas del PRI en el pasado, pero en tanto parte de una posmemoria colectiva, se prepararon para defender su versión de los hechos.
Yo no sé qué tanta influencia tengan los hechos de la Ibero en la elección que celebraremos en poco tiempo. La historia de México nos ha enseñado una y otra vez, sin embargo, que cuando el malestar colectivo alcanza a los sectores medios, especialmente a los hijos de las clases medidas, se han registrado cambios cualitativos en el sentir social respecto al poder existente, y la legitimidad de ese poder. Mientras tanto, qué orgullosos deben sentirse los profesores de esos estudiantes que hacen preguntas relevantes y disienten sin caer en la violencia ni la confrontación gratuita. Yo, en todo caso, lo estaría.

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Monday, May 14, 2012

UNA REALIDAD DISONANTE

Jorge Iván Garduño escribió "La apuesta radical de Cristina Rivera Garza", en Apia. Yo digo que lo de radical no está nada mal. Puesn.


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Sunday, May 13, 2012

DESDE NADIE ME VERÁ LLORAR



El fotógrafo morfinómano y metiche enredado con la internada: exprostituta, parlanchina, deschavetada. ¿Es ésta una crónica detallada de la locura, de la pérdida de la razón? Dejémoslo en el reflejo detallado de la razón múltiple. Todo depende detrás de qué cristal se mira. ¿Cómo se convierte uno en una loca? Así mismo como se convierte uno en un fotógrafo de putas. Igualito. Así nomás, mi estimado, en la vida.

Están al margen pero dejan de ser anónimos. De alguna manera serán nombrados, de alguna forma se llaman. Y eso no es cualquier cosa: "Todas las equivocaciones empiezan por un nombre". 

Nadie me verá llorar aunque el llanto inunde las ilusiones a raudales. Cristina Rivera Garza y su gran capacidad para decir las cosas. Para contarlas. Para escudriñar los temas de la mente. Las emociones y sus cadencias. De manera diferente. De buena manera. Una mujer que escribe para taladrarme los sesos. No lo sabe pero como si lo supiera. Estoy con ésta apenas en la segunda de su basta obra pero ya se instaló aquí conmigo, como si me lo platicara todos los días. Aunque no le importe. 

Artículo completo: Armanto Tiburcio Robles, Nadie me verá llorar, Letras, mi negra


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Saturday, May 12, 2012

LÉALA2012

Dolerse. Textos desde un país herido y Verde Shanghai
Presentación/charla Román Luján y Cristina Rivera Garza
Sábado 12 de mayo, 2012
Sala Rómulo Gallegos
3:00 pm

Dicen los rumores que se pondrá requetebién. Ahí nos vemos.

Programación completa de Léala2012 aquí.


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Friday, May 11, 2012

HONORIS CAUSA


"Six distinguished men and women – spanning from academia to community development – will be honored at the University of Houston’s 2012 spring commencement ceremonies in recognition of their service to UH, higher education and the community. Five eminent leaders in their fields will receive honorary doctorate degrees and one will receive the President’s Medallion, the highest honored bestowed to friends of the university who have a legacy of enhancing the community. UH President Renu Khator will award these honors at the university’s commencement ceremonies May 11 and 12." 


Incredibly honored and very much grateful by the University of Houston´s decision to award me a Doctorate in Humane Letters, honoris causa, this 11th May, at 9:00 am. 


Article here.  


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Thursday, May 10, 2012

CUATRO MUNDOS NARRATIVOS

El escritor Amir Valle publica la reseña "Los complicados mundos narrativos de Cristina Rivera Garza", en Otro Lunes. Revista Hispanoamericana de Cultura, Año 6, No. 23.


Recuerdo que conocí a Cristina Rivera Garza en una lectura de un común amigo: el narrador Eduardo Antonio Parra, en la librería La Rayuela, de Berlín. Y recuerdo su amplia sonrisa. Y su afabilidad. Ya cuando volvimos a encontrarnos en el Primer Encuentro de la Palabra, en San Juan, Puerto Rico, yo había leído dos de sus novelas, precisamente porque Parra me dijo: “es buenísima escribiendo”.
Cuatro novelas he leído de Cristina Rivera Garza: Lo anteriorNingún reloj cuenta estoNadie me verá llorar y Verde Shangai. Y en esas cuatro obras he logrado percibir, en principio, una gran unidad y una gran diferencia. Unidad, en tanto el poder de la prosa de esta mexicana es absolutamente arrollador, seductor, y fluida como un río de aguas cristalinas y rumorosas, sin caer en facilismos; diferencia, en tanto cada uno de estos libros ofrece un escenario de complejidad dramática a partir de una muy singular mirada a la realidad vivida por Cristina, lo cual le permite crear mundos narrativos realmente complicados, a veces laberínticos, pero (y esto es lo más importante) con la posibilidad de que algo encuentre el hilo de Ariadna que sacará al lector de esos laberintos en los cuales nos perdemos aún cuando muchos de ellos casi forman parte de nuestra cotidianidad.
La reseña completa en el link de arriba. 
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Wednesday, May 09, 2012

DESDE LO ANTERIOR


Reseña de Andrea Colotla, "Todo empieza por querer saber más", en Distintas Latitudes. Revista de Reflexión Latinoamericana.


Lo Anterior, publicada en 2004 y reimpresa actualmente, es una novela sin historia, sin fin, sin conflicto; es contar lo que se resiste a ser contado. El título de la novela se carga de sentido cuando se afirma que el amor sólo puede verse en retrospectiva, pues precisamente lo que se plasma es lo anterior al amor, lo que hace que aquel suceda y que sólo recordándolo se puede estar seguro que es ofue realmente amor.
Un hombre en el desierto, otro en un restaurante, uno más en la terraza y el último frente a una mujer que ha venido del espacio. Todo inicia con una fotografía, evento recurrente que sólo irá cambiando de focalización, como si se tratara de varias tomas instantáneas desde ángulos diferentes, desde un ella, un yo, un tú.
El hombre del desierto fue rescatado de la muerte por una mujer que lo hospeda en su casa mientras se recupera; su pareja, un médico, la cuestiona siempre. El hombre en el restaurante habla con una mujer que escribe todo lo que dice. El de la terraza es mudo, escucha a una mujer hablando siempre a la vez que son observados por otro hombre, o mujer. Y el otro ayudó a una mujer también en el desierto, él cree que ella es de otro planeta.
La tipografía marca la pauta. Sin nombres, tendremos que poner atención en la ubicación del personaje y los símbolos para dilucidar quién narra, quién escribe y quién escucha.  El espacio cobra mayor importancia sobre el tiempo, pues la historia marca un eterno retorno al instante; el tiempo viaja en círculos concéntricos que generan densidad, se detiene una y otra vez en la misma imagen, el hombre en el desierto. Esta circularidad se hace sumamente visible en las últimas páginas, donde se vuelve a contar el inicio desde distintas perspectivas.
Los hombres carecen de particularidad (salvo uno que podemos inferir es aquel del desierto), lo que en conjunción con el espacio tan difuminado, deja libre al lector para especular y formular hipótesis. Se trata de un texto que busca la reflexión, es un hombre que puede ser todos los hombres y una historia que cada cual decide cómo contar, o cómo leer.
Es una novela metaficcional en el sentido de la lectura, y metadiegética en el sentido de la construcción, donde se ponen en juego la tematización y la caracterización de los personajes; no son cuatro historias sueltas, unas contienen a las otras y todas forman una homogeneidad.
La intertextualidad nos remite a textos filosóficos sobre el amor y el ventrilocuismo, ya que en un capítulo la autora entreteje este tema para aclarar un poco la polifonía. Incluso dicha intertextualidad se volverá lúdica al sugerir que se cambien las acciones y los personajes del poema “Sleep is the Only Durable Narrative” de Elizabeth Robinson, por los del libro.
Siguiendo por este camino, también encontramos presencias de las artes plásticas: un cuadro de Degas “L´homme et le Pantin o Henri Michel-Levy” y otro de Juan Muñoz, “Ventriloquist looping at a double interior”. Ambos dan prioridad a la figura humana, ya sea aislada o en grupo, lo cual invita al espectador a mirarla desde varios ángulos y crear historias entre los personajes.
Estudios de género y problemas de identidad también se reflejan en la obra, el eterno postulado de que en cada ser existe una parte femenina y otra masculina. Al inicio el lector encontrará frases femeninas que serán repetidas por voces masculinas en un juego de ecos. Es evidente la reflexión sobre las posibilidades creativas del lenguaje, donde encontramos disertaciones en torno a palabras como: resolana, sargazo, nada, boca y hoyar. No se apuesta por la verosimilitud, sino por la complacencia del lenguaje creador.
Por su construcción, con tantos cortes y cambios de focalización, recuerda a la técnica cinematográfica, donde la voz narrativa vendría a ser la cámara fotográfica con que se suscitó el primer encuentro. Así como las imágenes que parecieran estar en zoom y las tomas detalladas de los movimientos de los personajes. Lo visual se refuerza con las detalladas descripciones, sobre todo tomando en cuenta la ventriloquia y el hombre mudo; la descripción se convierte en un recurso narrativo que afirma la materialidad del mundo representado y el arduo trabajo de producción textual.
Lo Anterior tiene marcados rasgos de la nueva novela latinoamericana, como la narración fragmentaria y la simultaneidad, las múltiples perspectivas, la diferenciación tipográfica, trama anacrónica y la activación del lector. Todo esto nos lleva a valorar a Lo Anterior como una de las grandes novelas contemporáneas, dónde la temática se sacrifica por la perfección estética. Es una nueva mirada a las historias de amor, es una nueva mirada al mundo, en el que todo depende del ángulo desde donde se mire.
Cabe mencionar que cualquier lector que goce de este tipo de literatura, reflexiva, profunda, juguetona, que pone en juego las competencias lectoras e intelectuales de cada cual, y donde la tipografía es tan importante como la historia, puede recurrir a los textos no sólo de Cristina Rivera Garza, sino de Salvador Elizondo (Farabeuf El Hipogeo Secreto), José Emilio Pacheco (Morirás lejos), Max Aub, (Juego de Cartas)incluso Julio Cortazar (Rayuela).
Por último resta decir que Cristina Rivera Garza está llamada a ser una de las mejores representantes de las letras mexicanas y nos recuerda que a pesar de la situación tan conocida en el norte de este país, la producción cultural lucha por mantenerse.


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Tuesday, May 08, 2012


LA AVENTURA TENAZ
[en La Mano Oblicua, columna de los martes del periódico mexicano Milenio, sección de cultura]
Porque estamos tan enamorados y, sin embargo, nos morimos. Siempre me pareció tremendamente triste esta cita de Living Theatre. Es una respuesta, o eso parece indicar el porque sin acento con el que inicia la oración, para la que no existe la pregunta. Se trata, valdría la pena considerarlo así, de la pregunta como ausencia o como lugar de la invención. La respuesta, en todo caso, no pone en cuestión la existencia del amor: ese cliché o ese cinismo. No es que el amor sea o no posible, después de todo, puesto que el amor ya está aquí, y es. Lo triste es que, siendo, no sea suficiente para evitar lo inevitable: nuestra mortalidad, el hecho incontrovertible de que todos, día a día, en todo momento, morimos. Gerundio fatal. La respuesta a esa pregunta que habríamos de inventar tiene la virtud o la fatalidad de colocar dos términos monstruosos muy cerca: el amor y la muerte. Tal vez sea la omnipresencia de esa muerte sobre la geografía política de lo que llamamos, todavía, México, lo que obliga a veces a pensar con rabia o con convicción, con ansias o como rezando, en el amor. Porque, ¿qué puede estar más lejos de la violencia sino el amor? Si, como argumenta Badiou en su Elogio del amor, el amor es el Escenario de Dos, esa manera de ver al mundo desde la diferencia y no desde la identidad, el amor tendría que encontrarse, en efecto, en el otro extremo de esa cuerda tensa o floja que es la vida social.
Hay que reinventar el amor, dijo hace tantos años Rimbaud. Hay que reinventarlo, sostiene sin rubor alguno Alain Badiou. Vaya escándalo. En una época que fabrica amores sin riesgo, y luego entonces sin sustancia, o amores en el límite entre el consumo y el deshecho, Badiou piensa en el amor como un comunismo minimalista: el triunfo del bien común sobre los intereses del egoísmo; la victoria de la voluntad colectiva sobre la privada. Ver a dos. Experimentar el mundo, y el tiempo, desde la trinchera de otros ojos y otro cuerpo. En Elogio al amor, el amor es ciertamente una aventura, pero por ser una aventura en el tiempo, es una aventura tenaz. Vaya paradoja. O no.
La historia, de existir, empezaría así: en la contingencia. El amor contiene, puesto que lo pone en escena, un elemento de separación, de dislocación y de diferencia: el terrible instante en que el uno se descubre en dos. Todo parte de un encuentro, eso se sabe. Menos una experiencia, en el sentido literal, y más un evento en el sentido que le da Badiou al término: algo que no entra en el orden inmediato de las cosas, algo “que permanecerá bastante opaco y sólo encontrará realidad en las múltiples resonancias del mundo real”. Pudo haber existido o no.
Pudimos, acaso, estar hechos el uno para el otro, o no. El asunto, cuando el asunto es el amor, suele involucrar la transformación de lo contingente en lo necesario. El azar como destino. Pudo no haber existido, en efecto, pero existe, y existirá. El amor es un siempre.
Pero, ¿cómo va del puro azar al destino, este amor? A través de la declaración amorosa, sostiene Badiou. Se trata, después de todo, de “enunciar la palabra cuyos efectos, en la existencia, pueden ser infinitos”. El antes y después de la declaración amorosa: ese abismo.
Todo “te amo” sería así, en sentido estricto, un parteaguas. Puede ser clara y feroz, o tentativa y sinuosa, en pleno proceso de auto-reiteración, pero la declaración amorosa sella el encuentro y produce un más allá: la promesa de re-inventar la vida, el acuerdo de embarcarse en una nueva manera de producir la experiencia del cuerpo en el tiempo. En el contexto de un amor que se declara, esta declaración, dice Badiou, aún si permanece latente, es lo que produce los efectos del deseo, y no el deseo mismo, como suele creerse. El amor se constata a sí mismo al permear el deseo y no al contario.
Siempre me han parecido sospechosas las definiciones del amor que involucran la palabra trabajo, naturalmente. Pero más allá del amor loco o de la idea romántico del amor como fusión absoluta o con el absoluto, Badiou sostiene que la Escena de Dos, para permanecer tal cual, de dos, requiere de la categoría del tiempo y, el tiempo, con su inclinación narrativa, propone un proceso de construcción. “El amor inventa una nueva forma de duración en la vida”, asegura. De acuerdo con Badiou, quien en entrevista con Nicolas Truong ha dejado en claro que en este, como en otros temas, le interesan más los procesos y la duración que los inicios, le parece que en tanto proceso de construcción, el amor es un procedimiento de verdad. ¿De qué verdad? De la verdad de ese dos que él ha dignificado en escena primordial. Si la Escena de Dos está fundada en la diferencia, luego entonces, el procedimiento de verdad que acarrea el amor no puede no ser una verdad acerca de esa diferencia. Y he ahí, en su cuestionamiento de la identidad y lo que la identidad produce, una de las facetas más radicales del amor. He ahí, como el pensador francés lo resumió en otra entrevista, “su valor de ruptura, su valor de casi locura, su valor revolucionario”. He ahí las razones por las que es vital “reinventarlo para defenderlo”. Badiou ha agregado: “No hay que dejar que el amor sea domesticado por la sociedad actual —que siempre busca domesticarlo—. En otros tiempos, las sociedades clericales y tradicionales buscaron domesticarlo por el matrimonio y la familia. Hoy se busca domesticar al amor con un mezcla de pornografía libre y de contrato financiero. Pero debemos preservar la potencia subversiva del amor y apartarlo de esas amenazas”. Vaya escándalo. O no.

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Monday, May 07, 2012

VERSIONAR ES RECREAR (QUE YA ERA DIVERTIR)


Sobre el poder re/creativo de las redes y sobre Viriditas: Jordi Carrión, Las redes recreativas

“Cualquier texto es una rendija”, leemos en Viriditas (Mantis Editores / UANL, 2011), un libro de ¿poemas? de Cristina Rivera Garza. El diario, el blog, la fotografía y la poesía se entrecruzan en este artefacto junto con la explícita intertextualidad. Porque a pie de página se indica la procedencia de algunas ¿frases?, ¿versos?, ¿aforismos? que se intercalan en la textura del poema en prosa: Rainer Maria Rilke, Ramón López Velarde, Juan Rulfo, Pere Gimferrer, @viajerovertical@frank_lozanodr@isaimoreno, etcétera. Rivera Garza es consciente de que al revelar sus fuentes, al situar a autores canónicos junto a nicknames, está provocando. Y no me refiero al sentido más obvio y menos interesante del verbo “provocar”, sino al de causa-efecto. Nos obliga a pensar qué son los tuits y qué hacemos con ellos.


Artículo completo en el link de arriba.


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Thursday, May 03, 2012

RABAT, CÓMO NO

Mesa redonda: Lo propio y lo ajeno
--crg
DOS ROSTROS DE MATILDA BURGOS EN UN RINCÓN RESPLANDECIENTEMENTE OSCURO DE LISBOA





Durante la presentación de Ninguém me há de ver chorar, en la librería Ler Divagar, un abril. El equipo de música y performance a cargo de Elmer y Ian Carlo Mendoza, Patricia Pina, entre otros.

--crg 

Tuesday, May 01, 2012


REPENSAR LOS TALLERES LITERARIOS
[en La Mano Oblicua, columna de los martes del periódico mexicano Milenio, sección de cultura]


Acaso la pregunta no sea: ¿es posible enseñar a escribir? Tal vez la pregunta más efectiva podría ser: ¿es posible o deseable construir comunidades esporádicas en que los participantes intercambien y exploren maneras de leer y de escribir que cuestionen tradiciones imperantes? La primera pregunta corresponde, más o menos, al terreno de la metafísica. Con la segunda pregunta, en cambio, se atienden cuestiones más bien cotidianas y críticas de una práctica que es a la vez estética y política. Si se plantea la primera pregunta como una especie de versión recortada de la segunda, mi respuesta es un sonoro sí. Es posible. Sí, es deseable.


Muchos de los talleres de creación literaria que funcionan en México desde los albores de su época moderna corresponden a modelos de enseñanza que bien podrían definirse como verticales, autoritarios, patriarcales. En ellos, una figura de autoridad, amparada ya por la experiencia o ya por el prestigio o ya por la diferencia generacional, se da a la tarea de revisar y juzgar la “calidad literaria” de una diversidad de escritos de acuerdo a parámetros que se asumen como universales, cuando no transparentes o únicos. Al taller se va, según estos parámetros, para someterse, y el uso del verbo aquí no es inocente, al juicio ajeno, definido de antemano como superior e, incluso, intocable, con el fin de “mejorar” la escritura, llevándola del estadio inferior de lo no literario al estadio superior de lo literario. Refinar, perfeccionar, depurar. ¿Pero no tienen estos verbos, que se usan con tanta frecuencia para describir lo que se hace en un taller de creación literaria, ese tufillo más bien amedrentador, cuando no sadomasoquista, de las más diversas purgas autoritarias?
Tal vez habría que empezar por dejarlos de llamar talleres de creación literaria, para decirles, de manera más horizontal y menos esencialista, más plural y menos canónica, más en el siglo XXI y menos en el XIX, talleres de escrituras.
Quizá sería necesario considerar la temeraria posibilidad de que, el hecho de haber escrito libros, incluso buenos libros, no significa necesariamente que el autor o autora de los mismos esté capacitado para participar de la delicada práctica de intercambio y crítica que constituye el salón de clase. Y, en este sentido, tal vez sería recomendable dejar de luchar contra la profesionalización de estas prácticas y empezar a indagar, críticamente, sobre didácticas imaginativas e interactivas que permitan una exploración dinámica del oficio. Acaso preparar a los futuros encargados de impartir talleres de escrituras en este tipo de didácticas podría contribuir a la eventual extinción de los abusos de poder que con tanta frecuencia han ocurrido en estos talleres con el pretexto de promover un tipo de crítica a la que no se duda de calificar como implacable.
Acaso habría de considerarse que no puede haber talleres de escritura que no sean al mismo tiempo, y por necesidad, talleres de lectura, incluyendo la discusión y el debate minucioso y crítico acerca de las diversas tradiciones que alimentan y han alimentado, a menudo de maneras poco armoniosas, la historia de las escrituras dichas en espacios y tiempos específicos. Tal vez sería buena idea que los que asistan a un taller de escrituras piensen que van, también, acaso sobre todo, a leer —a comentar en todo caso un rango amplio de lecturas que pongan en entredicho cualquier parámetro con la aspiración al estatus de la transparencia universal. Acaso sería bueno que todo participante saliera de estos talleres pensando que no hay tradición intocable ni mucho menos inmutable.
Quizá no sería del todo descabellado sacar al taller de escrituras del espacio cerrado de una habitación para llevarlo a la banqueta o a la plaza o al parque o al autobús o a los andenes o a cualquier espacio de convivencia social que deje en claro la interacción orgánica y necesaria de toda forma de escritura con la comunidad que la contiene y le da sentido. Tal vez sería buena idea que el participante de un taller no crea que todo lo que se hace dentro del verbo escribir se hace en solitario o sentado o dentro de una torre de marfil. Acaso no fuera mala idea del todo recordar y recordarnos que utilizamos en la escritura un lenguaje prestado, es decir, un lenguaje que es de todos y que, luego entonces, reutilizamos (con o sin las comillas del caso).
Tal vez fuera deseable borrar la palabra someter, incluso el eco de la palabra someter, de cualquier expresión que hiciera referencia a la participación en un taller. El sustantivo juicio. El adjetivo implacable. Acaso los verbos no tendrían que sonar a autoridad sino contener resonancias de la aventura vital que bien podría definir a todo tipo de escritura: explorar, comparar, debatir, trastocar, subvertir, inventar, proponer, ir más allá.

--crg